Señores alcaldes de Benquerencia y de La Nava, Corporación Municipal, Don Antonio Sebastián, paisanos y forasteros, amigos y amigas todos:
Es para mi un honor estar esta noche ante vosotros para dirigiros unas palabras.
Cuando me propusieron ser la pregonera de nuestra feria, me invadió una gran alegría. Alegría inmensa y respeto, mucho respeto a una tarea que no tenía precedente, pregonar la feria de agosto. Era la primera vez que se hacía en La Nava, y me pregunté: ¿Seré capaz de transmitir todo lo que mi corazón siente por mi pueblo? Imposible, necesitaría páginas y páginas para expresar todo el amor que siento por mi tierra.
Y esta noche el corazón me late mucho más fuerte que de costumbre. Está desbordado, y tendréis que disculparme si en algún momento se me corta la voz.
En primer lugar quiero decir, que nadie espere alardes literarios, ni rebuscadas retóricas, yo soy hija de este pueblo y como tal me expresaré.
Todos me conocéis, al igual que yo a vosotros y algunos pensaréis ¿Qué nos va a decir ésta, esta noche? Yo no diré nada, esta noche hablará el corazón.
El corazón de una navera que se siente muy orgullosa de haber nacido aquí, en Extremadura, y en la comarca de la Serena, donde desde tiempos medievales y a través de la trashumancia, ya era conocida por sus ovejas merinas y sus excelentes pastos.
Hoy, estamos orgullosos de tener uno de los pantanos más grandes de Europa.
Y en un rincón de esta comarca y dentro de un oasis, un vergel llamado La Nava, pueblo pequeño y de orígenes no muy lejanos, donde esta noche dan comienzo sus fiestas patronales del Corazón de Jesús, al que veneramos hasta tal punto que todos los años le hacemos dos ferias, la chica en junio y la grande en agosto. Para los que no saben la historia no crean que somos exagerados, brevemente se la contaré:
Todo se debe a la emigración, que comenzó allá por los años 1960, cuando en la gran olvidada Extremadura, sus hijos la dejaban con lágrimas en los ojos y se marchaban a buscar vidas mejores a otras regiones más privilegiadas.
Todos regresábamos a pasar el mes de agosto, estábamos todo el año pensando en volver, aquí estaban nuestro mayores, nuestras raíces, pedazos de nuestro corazón, en cada esquina, en cada calle, los sentimientos afloraban por todas partes, en el Navazo, al lado de los caños, en la sierra, en las eras, en las huertas, en los olivares … y queríamos seguir siendo fieles a nuestras tradiciones, a nuestra feria, pero ¿cómo hacerlo si no estábamos aquí?.
Y decidimos hacer la feria en agosto, y por que no, disfrazarnos y correr las cintas como en carnaval.
Y así se hace desde entonces, volvemos a rememorar nuestros tiempos pasados y seguir con nuestras tradiciones a las que tanto queremos y con las que tanto disfrutamos.
¡Cuantos recuerdos me traen a la memoria nuestras fiestas populares! Aquellos carnavales, los bailes en el salón de la Ignacia, donde tocaba el Nene la pianola y José del Portugués el yamba, las coplillas que el Flamenco hacía de los acontecimientos que sucedían y que eran cantadas por los mozos en sus murgas por todo el pueblo, las carreras de gallos, con yeguas, mulos y burros; cada uno con lo que tenía.
La feria de junio, aquellos bailes en la pista de Mariano con yamba, trompeta y saxofón y los refrescos, fresquitos en el pozo. Nadie faltaba, todos estábamos aquí, en nuestra tierra, en nuestra Nava.
Que dirían nuestros mayores, los que se reunían en torno a la lumbre y bajo la luz del candil leían aquellas novelas de dos o tres tomos: Genoveva de Brabante, la Hermanita de los Pobres, y tantas otras, si nos viesen hoy aquí, en el Navazo, y hablando ante un micrófono.
Pensarían que se habían equivocado de pueblo.
Porque queridos paisanos ¡Qué bien se vive en La Nava! Con las nuevas tecnologías y a la vez cuanta paz, y que bien se respira bajo su cielo limpio y al socuello de nuestras sierras.
No puedo dejar de hacer mención en este pregón a Manolo Tena Caballero, una persona entrañable que desinteresadamente tanto está contribuyendo a darle alegría a todos los pueblos del municipio, gracias a él estamos en contacto todos los que vivimos fuera de nuestra tierra a través de la Web que con tan buen acierto ha creado.
¡Manolo sigue adelante, y que Dios te lo pague!
Y como me voy a olvidar de nuestra Virgen de Belén y su famosa romería a la que todos íbamos el 27 de septiembre por el camino de “Navacerrá” pasando por el Palacio y bebiendo agua en el pocillo con la concha de peregrino.
Son recuerdos que nunca podré olvidar.
No quiero terminar sin dedicarles unas palabras a los pueblos que conforma el municipio:
Benquerencia, donde todos acudimos, allí está nuestro Ayuntamiento y aprovecho para decirle: Señor alcalde, La Nava tiene calor ¿Para cuando nuestra piscina?, Helechal, el pueblo hermano tan cerca que casi nos tocamos, y El Puerto un poco más lejos pero cercano en el corazón, a todos ellos decirles: Que los queremos y estamos encantados de que vengan a nuestra feria y bailen con nosotros.
Y a nuestro querido alcalde Julio y Josefa, su señora, que sigan así que lo están haciendo muy bien.
Y a todos mis paisanos deciros que yo os llevo en el corazón, y que podéis estar seguros que desde cualquier punto donde me encuentre, La Nava será conocida, ya me encargo yo de decirles que tienen que visitarla, subir a la Buitrera, ver nuestras Pinturas Rupestres, la Cueva de “mano” José, la Caldereta, el Castillo, La Laguna del Tesorillo en plena sierra y la “Cañá” la Serrana, en primavera llena de flores, y sentarse bajo los sauces del Navazo y respirar hondo para llenar los pulmones de aire puro y hablar un ratito con sus gentes y ver como “palramos” los hijos de estas tierras, porque decimos: “asina, jierro, jumo, y la jacha y el jigo y la jiguera” y como decía nuestro insigne poeta Luis Chamizo en su Libro “El miajón de los castúos”: “Vusotros qu´atendeis a las lerturas sin queär en los jierros ni las juellas, qu’asina como’l tren vais por la vida, retumbando y depriesa… Si n’os podeis pará, meté pal bolso este cacho e libreta, y al pasá por aquí mirá pal cielo y endispués pa la tierra, y en dispués de miranos con cariño prencipiar a leegla, porque en ella sus dirá nuestros quereles, nuestros guapos jolgorios, nuestras penas, ocurrencias mu juertes y mu jondas y cosinas mu durces y mu tiernas… Porque semos asina, semos pardos, del coló de la tierra, los nietos de los machos que otros días trunfaron en América”.
Y a los jóvenes decirles que entre todos llevaremos La Nava a lo más alto, aportando cada uno lo que esté en nuestra mano y sintiéndonos orgullosos de nuestras raíces y nuestra forma de hablar, de nuestros queridos artistas que los tenemos y muy buenos, Matías y su hijo Iván (El Dúo los Hidalgo) y Javi (Chuti), componente de Ajierro. Jóvenes naveros ¡ARRIBA LA NAVA! Y a nuestro párroco desearle feliz estancia entre nosotros.
Sirva este pregón como homenaje a todos los que ya nos dejaron, mis más sinceros recuerdos para todos.
Y amigos y paisanos: Ha llegado nuestra feria, la alegría de nuestro pueblo, unámonos todos para disfrutar y pasárnoslo bien dentro del respeto y la cordialidad.
Naveros, naveras, gritad conmigo:
¡VIVA LA FERIA, VIVA LA NAVA, Y QUE EL CORAZÓN DE JESÚS NOS BENDIGA A TODOS! Adelaida Hidalgo Hidalgo